La metodología del ‘Aprender Haciendo’
según Dewey, debía ser un programa de enseñanza
práctico, centrado en la experiencia de los estudiantes y que implicara a la
vez un hacer y una prueba. El primer indicador de un buen método de enseñanza y
la primera muestra de su validez, consiste en que esté en relación con las
preocupaciones de la experiencia personal del estudiante. El segundo indicador
es que al actuar, el estudiante logre una visión clara de su experiencia, a la
vez que un aumento de eficacia en el desempeño. El trabajo práctico, decía
Dewey, “suministra magníficas oportunidades para aprender las materias de los
programas de estudio, no solo como información, sino como un conocimiento
adquirido a través de las situaciones de la vida”.
Para Dewey el método del ‘Aprender Haciendo’ tenía que presentar situaciones
en las que los problemas se refirieran a
la vida común y, tanto el método de enseñanza del docente, como el método de aprendizaje del
alumno, debían ser aspectos de un método general de investigación. Por lo tanto, el
método más adecuado para la enseñanza es el ‘método de los problemas’, caracterizado por
referirse a alguna experiencia actual del estudiante. Es decir, el punto de partida debe
ser alguna situación empírica.
Otra etapa del método, es una inspección de los datos que se tienen a la
mano y que pueden brindar una solución al problema; posteriormente, se debe
conformar una hipótesis y finalmente, someter la hipótesis a la prueba de la
experiencia.
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